Si un titular es fiel a la realidad, es este de aquí arriba. Los Mantecados del Obrador La Perla es el secreto mejor guardado. Su fórmula es pura tradición, realizada por los maestros pasteleros desde el inicio de nuestro obrador en 1944 hasta nuestros días.
Todo el mundo (y lo decimos a ciencia cierta) se queda prendado por su sabor, su delicada textura que se deshacen en la boca y que deja un suave e irresistible sabor a vainilla.
No podemos explicártelo, la única manera de que te hagas adicto a estos Mantecados, que ya se hacen por reclamo popular casi todo el año, pero con más fuerza en su época dorada, la Navidad, es probándolos.
Tal es su demanda que los envíos en estas fechas se multiplican, no solo en nuestro Obrador de El Puerto de Santa María, sino con puntos de venta entre los que se encuentran Jerez de la Frontera, Sevilla o Madrid. Además, desde hace unos años te los mandamos donde quieras ¡llámanos y los enviamos! O si lo prefieres, cómpralos directamente en nuestra tienda online (Si compras más de 5 cajas, ¡te regalamos una bandeja de nuestras deliciosas japonesas!)
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Navidad, la época más dulce para comer mantecados
Aunque nuestro producto estrella de la Navidad es el Mantecado, no es solo el más demandado en esta época tan entrañable en la que nos gusta reunirnos, celebrar y compartir. ¿Qué mejor que hacerlo alrededor de la mesa y con los dulces más artesanos y tradicionales? Sin aditivos, sin conservantes, 100% naturales.
Si algo evoca la época navideña eso son los pestiños, uno de los más clásicos. Hecho por nuestras abuelas en casa, en Andalucía es uno de los más demandados por su fuete relación con la tradición familiar. Y porque se hace además con vino de la tierra.
Todos los hogares acostumbran a realizar esas recetas tradicionales que pasa de padres a hijos. Normalmente suelen estar bañados con miel y su sabor es muy peculiar.
El tronco de Navidad es el mejor postre
Tras una copiosa cena de Noche Buena, Navidad o Noche Vieja, qué mejor que terminar con nuestro tradicional tronco de navidad de bizcocho y con cobertura de trufa, nata o yema. No hay quién se resista ¡por muy lleno que estemos!
Como su nombre indica, este postre alargado en forma de tronco tiene una textura parecida a la tarta, pero más ligera y suave.
Además, su decoración llena de árboles de navidad y figuras navideñas le da un aspecto divertido para los más pequeños, que siempre acaban peleándose por llevarse alguna de sus figuras.
¿Un huevo dulce?
Saliéndonos un poco de los dulces más tradicionales mención especial entre nuestros productos de Navidad es el huevo hilado. Uno de los más ricos de la comarca. Y lo decimos sin tapujos porque es la verdad.
Elaborado de la manera más artesanal, su trabajo compensar su sabor que evoca las mejores navidades. Un éxito en cualquier mesa. Debido a su sabor contrastante entre lo dulce del almíbar y del huevo, esta preparación combina muy bien con fiambres, platos de pescados y carnes. Incluso y para cerrar el círculo, se puede usar en repostería como elemento decorativo de postres fríos.
No hay Reyes sin sus Roscos
Si algo define el final de una de las épocas más entrañables del año es el Roscón de Reyes. Aunque ya muchas pastelerías los hacen desde el inicio de la Navidad, en nuestro caso, a no ser que sea por encargo, no verás el Obrador sacando roscones como churros hasta el día 5 de enero. Eso sí, ese día las colas kilométricas llegan hasta casi la entrada de nuestro parking. Los Roscos del Obrador La Perla son casi tan antiguos como nuestros orígenes.
El preferido, y más demandado, suele ser el relleno de Nata, que elaboramos a diario y su textura esponjosa lo hace casi adictivo. Pero también están los clásicos por excelencia, aquellos que les gustan más los secos o que les van más relleno con crema o con trufa. Y si no sabes decidirte… ¡Incluso elaboramos los tres sabores juntos!
No hay nadie que no se levante el día de Reyes con un buen Roscón un capricho que uno se da una vez al año.
Dentro, alguna sorpresa que siempre se busca en su interior y cómo no, la no deseada haba. Aquel que le toque el haba en su trozo será el que tenga que traerlo y comprarlo al año siguiente. Una tradición como nuestros pasteles que pasan de generación en generación.